¿Qué son los tumores de las vías urinarias?

Los tumores de las vías urinarias son crecimientos anormales que se desarrollan en estructuras como los uréteres, la pelvis renal o la vejiga. Estas zonas son parte del sistema encargado de transportar la orina desde los riñones hacia el exterior del cuerpo.

La mayoría se origina en las células uroteliales, que recubren internamente estas vías. Dependiendo de su comportamiento, pueden ser benignos o malignos, y en este último caso, existe la posibilidad de que invadan tejidos vecinos o se extiendan a otras partes del cuerpo.

¡Comprender qué son y cómo se presentan permite identificarlos a tiempo! Es importante que prestes atención a los signos de alerta y recibas una valoración urológica experta para evitar complicaciones mayores.

Causas de los tumores en las vías urinarias

No existe una única causa comprobada que explique por qué aparecen todos los tumores de las vías urinarias, pero varios factores aumentan significativamente el riesgo. El tabaquismo es el principal, ya que los químicos del cigarro se filtran por los riñones y se eliminan en la orina, entrando en contacto continuo con el revestimiento urinario.

También influyen la exposición a sustancias químicas industriales, como tintes, combustibles o derivados del plástico. Las infecciones urinarias de repetición y la irritación crónica por cálculos también pueden favorecer cambios celulares que, con el tiempo, deriven en tumores.

A esto se suman factores como la edad avanzada, ciertos trastornos renales y antecedentes familiares. Aunque no siempre puede prevenirse, conocer los factores de riesgo ayuda a buscar atención temprana.

Síntomas de los tumores de las vías urinarias

Los síntomas pueden ser discretos al inicio, por lo que es común que pasen desapercibidos. Entre los más frecuentes se encuentran:

• Sangre en la orina (hematuria): Es el signo más característico y puede ser visible o microscópico.
• Dolor lumbar o en el costado: Aparece cuando el tumor genera obstrucción en la vía urinaria.
• Dolor o molestia al orinar: Suele acompañar lesiones que afectan la vejiga o la uretra.
• Cambios en la frecuencia urinaria: Urgencia, aumento de visitas al baño o sensación de vaciamiento incompleto.
• Infecciones urinarias recurrentes: Pueden indicar una alteración estructural subyacente.

Si bien estos síntomas no significan automáticamente la presencia de un tumor, sí justifican una valoración médica para que puedas descartar problemas mayores.

¿Cómo se diagnostican los tumores en las vías urinarias?

El diagnóstico inicia con una consulta detallada, donde se revisan los antecedentes del paciente y los síntomas que presenta. Posteriormente, se solicitan estudios como el análisis de orina o la citología urinaria, útiles para detectar sangre o células sospechosas.

Para observar con mayor detalle las estructuras urinarias, se realizan estudios de imagen como ultrasonido, tomografía o resonancia. Estas pruebas permiten identificar masas, obstrucciones y cambios en los tejidos.

En muchos casos, la confirmación final se obtiene mediante cistoscopía o ureteroscopía, procedimientos que permiten observar directamente el interior de la vía urinaria y tomar biopsias. Esta valoración es indispensable para definir el tratamiento adecuado.

Tratamientos quirúrgicos de los tumores de las vías urinarias

Los tratamientos quirúrgicos varían según la localización, el tamaño y la agresividad del tumor. A continuación te explico las principales opciones que empleamos en urología para abordar este tipo de casos.

Resección transuretral (RTU)

La resección transuretral es uno de los procedimientos más utilizados para tumores pequeños y superficiales, especialmente en la vejiga. Se realiza a través de la uretra, sin necesidad de incisiones externas, utilizando un instrumento que permite cortar o vaporizar la lesión.

Este método es ideal para lesiones que no han invadido capas profundas del tejido. Además, suele tener una recuperación rápida y permite conservar la estructura de la vejiga.

Ureteroscopía con láser

Cuando el tumor se encuentra en los uréteres o en la pelvis renal, se utilizan técnicas mínimamente invasivas como la ureteroscopía con láser. En este procedimiento, se introduce un endoscopio delgado hasta el sitio del tumor y se fragmenta o vaporiza con energía láser.

Es un tratamiento muy útil para tumores pequeños, ya que evita cirugías abiertas y permite conservar la vía urinaria. También reduce el riesgo de dañar tejidos sanos y ofrece una recuperación rápida.

Cirugía conservadora del uréter o de la pelvis renal

En lesiones localizadas y de tamaño intermedio, es posible realizar una cirugía conservadora, donde sólo se extrae la porción afectada del uréter o la pelvis renal. Este enfoque busca preservar la mayor cantidad de tejido sano posible.

Puede realizarse mediante técnicas abiertas o laparoscópicas, dependiendo de la extensión del tumor y la anatomía del paciente. Cuando es viable, permite mantener una buena función renal y evitar intervenciones más agresivas.

Nefroureterectomía

La nefroureterectomía es la opción indicada para tumores extensos o invasivos que afectan amplias zonas del uréter y del sistema colector renal. En este procedimiento se retira el riñón completo, junto con el uréter y un segmento de la vejiga donde este desemboca.

Aunque es una cirugía mayor, ofrece los mejores resultados cuando el tumor compromete estructuras importantes. Su objetivo es eliminar por completo el tejido tumoral y reducir el riesgo de recurrencia.

🏥 ¡No dejes tu salud desatendida! Realízate chequeos con tu médico urólogo de confianza. Sólo él o ella puede darte diagnósticos confiables e indicarte el tratamiento adecuado.