Cálculos renales: Cuántos tipos existen, por qué se forman y cómo se diagnostican
La litiasis renal (enfermedad crónica causante de las piedras en los riñones) es una de las afecciones del sistema urinario más temidas, ya que cuenta con un considerable nivel de ocurrencia y la expulsión de los cálculos causa molestias.
Más allá de eso, estas pequeñas masas se manifiestan en una variedad de tipos, cada uno refiriendo a distintas causas y, por lo tanto, distintos métodos de tratamiento. De cualquier forma, la intervención médica sigue siendo necesaria para aliviar los síntomas y curar la litiasis.
Con fines informativos, hoy te cuento todo lo que necesitas saber sobre los varios tipos de cálculos renales, así como las razones más comunes de su formación y algunas de las señales que indican su presencia.
🏥 ¿Sabías que en 2019 un estudio epidemiológico mexicano reveló que Yucatán es el estado del país con mayor prevalencia de litiasis?
¿Qué son los cálculos renales?
Los cálculos son masas sólidas que se forman en el sistema urinario cuando ciertas sustancias presentes en la orina, como minerales y sales, se cristalizan y se agrupan. Las causas son varias, yendo desde deshidratación hasta tendencias genéticas.
Este caso médico por sí mismo se conoce como litiasis urinaria, refiriendo a la presencia de los cálculos en los uréteres, vejiga y uretra. Sin embargo, cuando éstos se localizan en los riñones, entonces se le llama litiasis renal.
¿Cuáles son los tipos de cálculos renales más frecuentes?
— Calcio
Los cálculos renales más comunes son los de calcio, representando alrededor del 80% de todos los casos. Se forman cuando hay un exceso de oxalato o fosfato de calcio en la orina, lo cual resulta en su cristalización.
Esto ocurre por diversas razones, como la ingesta alta de oxalato en la dieta (presente en alimentos como espinacas, nueces y chocolate), deshidratación, trastornos metabólicos que causan que el cuerpo elimine más calcio del que debería, o condiciones genéticas.
— Ácido úrico
Los cálculos de ácido úrico son el segundo tipo más común, responsables de aproximadamente el 10% de los casos. Este tipo de cálculo se forma cuando hay una alta concentración de ácido úrico en la orina, lo cual ocurre cuando el pH de la orina es demasiado ácido.
Este tipo de cálculos suelen estar relacionados con el consumo elevado de alimentos ricos en purinas y proteína animal (como carnes rojas y mariscos), y también suele afectar frecuentemente a pacientes con gota o deshidratación.
— Cistina
Los cálculos de cistina son todavía menos comunes, ya que van de la mano con una condición genética llamada cistinuria. Esta enfermedad provoca que los riñones excreten altos niveles de dicha sustancia, la cual es un aminoácido que normalmente se disuelve en la orina.
Los cálculos de cistina tienden a formarse en la infancia o juventud y suelen ser recurrentes. Aunque, como ya mencioné, este fenómeno es raro y sólo abarca alrededor del 1% a 2% de todos los casos, es uno que requiere trato médico especializado.
— Estruvita
Por último, tenemos los igualmente raros cálculos de estruvita, pero cuyo peligro es notorio. Se desarrollan como consecuencia de infecciones bacterianas que producen ureasa, una enzima que transforma la urea en amoníaco, y por consiguiente, crea compuestos de fosfato, magnesio y amonio.
A menudo, las mujeres son más propensas a desarrollar este tipo de cálculos debido a que tienen mayor riesgo de infecciones urinarias. Es importante atenderlos ya que, de no ser atendidos, estos cálculos pueden llevar a complicaciones graves, como daño renal permanente.
¿Cómo se diagnostican?
Para diagnosticar la litiasis renal se emplean pruebas que exploran el tamaño, ubicación y tipo de los cálculos. El examen indicado para realizar el diagnóstico de litiasis es la tomografía computarizada (TC).
Por otra parte, los análisis de orina y de sangre son útiles para la detección de desequilibrios en los niveles de las sustancias ya mencionadas, porque ellas pueden estar contribuyendo a la formación de cálculos.
¿Cuándo acudir al médico?
Es crucial acudir al médico si experimentas síntomas como dolor severo en la parte baja de la espalda o abdomen, sangre en la orina, náuseas o vómitos. Estas son posibles señales de un cálculo renal, especialmente si el dolor aparece de manera repentina e intensa.
En casos graves, estas piedras pueden incluso obstruir el flujo de orina, lo que aumenta el riesgo de infecciones y daño renal. Si tienes antecedentes o si los síntomas persisten, no dudes en consultar a un médico urólogo.
👨⚕️ No olvides que el tratamiento adecuado y la prevención de futuros cálculos renales dependen de un diagnóstico preciso, y es el urólogo quien está capacitado para ofrecer el mejor cuidado en este sentido.